Manualidad: Bolsas de Arañitas Para Halloween

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Estas bolsas de dulces de arañitas  son divertidass y fáciles de hacer con los niños pequeños y mayores .
Materiales: (para cada niño ) un plato de papel , pincel, pintura al temple negro en una taza, grapadora, ojos movibles o dos círculos blancos, cuatro limpiadores de pipa ( negro ) , larga duración de hilo ( para la correa de la bolsa ) , pegamento, tijeras ,  caramelos  , un crayón (cualquier color)
¿Qué viene después? :

Día 1 : Haga que los niños pinten el plato de papel todo negro y cortar círculos blancos para los ojos . Deje secar la placa y el pegamento en los ojos. No te olvides de añadir color de los ojos de ellos con su lápiz !
Día 2 :  grapar en los extremos de la placa de papel .  Dobla el plato pintado en la mitad y colocar una larga longitud de hilo aunque el medio , agregue un elemento básico para mantenerlo en su lugar . Añadir suavemente unos caramelos en el interior de la bolsa araña y grapa que cierra todo a lo largo del borde exterior . La bolsa de araña estara completamente sellada.

 

Fuente: http://intellokids.blogspot.com/2010/10/spider-treat-pouches-for-kids.html

Actividad: Desarrollando el tacto con diferentes texturas

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Esta es otra actividad de 5-sentidos, esta vez el tacto. Utilizamos 10 materiales diferentes, que van desde plumas hasta papel de lija y todo lo demás. Los niños tocan la textura y le preguntamos que lo describieran y como se sentían. AME las respuestas que recibimos de algunos de los niños.

Tiendas de telas son grandes en busca de material para este proyecto. Busque también en las fuentes del arte y ferreterías. Se utilizó esponjas, brillo, hilo, madera, las posibilidades son infinitas.

 

Fuente: http://mandeeandbrandy.blogspot.com/2011/03/it-feels.html

 

El Espantapájaros Solitario ( Cuento de Halloween )

Era la noche de brujas o Halloween. Mi amigo Juan y yo decidimos salir a la calle a pedir dulces como cada año. Cuando nos detuvimos en la última casa de la calle, me acorde de la vieja casa de la esquina. Era una casa de madera grande y vieja, nadie sabia quien vivía allí, pero por su aspecto podía asegurar que no era posible que alguna persona viviera en esa casa tan abandonada.

– ¿Y si vamos a esa casa? – le dije a Juan señalando la vieja casa

– Dicen que esa casa esta embrujada. – me dijo Juan con miedo

– ¿Embrujada? en serio, ¿crees en esas cosas? – me burlé

– ¿Y para que quieres ir entonces?

– No se. Quizás consigamos algo de valor, ¡vayamos!

Al final, terminé convenciéndolo. Caminamos silenciosamente hasta la vieja casa. Toqué la puerta para asegurarme de que no había nadie; pero, la puerta se abrió sola.

Juan y yo nos miramos asustados, pero aún así decidimos entrar.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí? – llamé

De pronto, apareció una sombra delante de nosotros. Sus ojos eran verdes y brillantes y cuando se fue acercando, pude notar que se trataba de un espantapájaros. Llevaba un sombrero negro roto, una camisa de manga larga de cuadritos y sus dientes eran afilados.

-¿Qué hacen en mi casa? – nos gritó

Juan y yo nos quedamos inmóviles por varios segundos…

– Solo queríamos saber si alguien vivía aquí – le respondió Juan temeroso

– Pues ahora que ya saben que esta es mi casa; ¡lárguense de mi casa antes de que los devoré con mis dientes! – exclamó el espantapájaros enojado.

– ¿No quieres tener amigos? – le pregunté

– ¿Amigos? ¡Ja! ¿Quién querría ser amigo de algo tan espantoso como yo? – preguntó el espantapájaros tristemente.

– ¡Nosotros si! – exclamamos Juan y yo al mismo tiempo.

El espantapájaros nos miró sorprendido pero luego una sonrisa se dibujó en su rostro. El nos invitó a su casa y nos preparó pie de calabaza y fuimos amigos por siempre. FIN

 

Autora: Katiliany Díaz Vélez